domingo, 17 de enero de 2016

Problemas de razonamiento


Problemas de razonamiento (área recreativa)


Puntos notables en el triángulo


Propiedades de las figuras geométricas planas


Razón de oro y serie de Fibonacci

Todas las antiguas civilizaciones desarrollaron conceptos matemáticos, generalmente relacionados con necesidades prácticas. 
Sin embargo, el pueblo griego, desarrolló una forma de hacer matemáticas que era diferente a todos los demás; se basó en el razonamiento lógico y transformó radicalmente y para siempre el significado de esta ciencia.
 La referencia más confiable que tenemos de la matemática griega es el libro: “Los Elementos” escrito por Euclides alrededor de 300 a. C. 
Este libro desarrolla los conceptos geométricos mediante el método axiomático deductivo. Es el libro científico más editado de todos los tiempos. 

Número áureo (número de oro)

¿Qué es belleza? Según algunos, es “aquello cuya contemplación produce placer, exaltación de los sentidos”.
 Todos estaremos de acuerdo en considerar como bello aquello que nos produce un placer estético. Además, el platonismo nos ensena la idea de bien/belleza, por eso a menudo se asocia el concepto de belleza al de bondad, en contraposición al binomio fealdad-maldad.

Esta sensación será más notoria si reconocemos el tema representado, si los colores resultan armónicos y, sobre todo, si existe una relación equilibrada de las partes entre sí y con respecto al todo.

Los números de Fibonacci y la proporción áurea han sido motivo de todo tipo de especulaciones sobre su supuesta presencia en distintas manifestaciones de la naturaleza y en otras hechas por el hombre. Así se suele afirmar que se puede encontrar la proporción dorada en lugares tales como el número de pétalos de las flores y en las hojas de las plantas, en los caparazones de moluscos, en la forma de ciertas galaxias, en obras de arte e inclusive en el tamaño de las tarjetas de crédito. Veamos a continuación qué hay de cierto y qué hay de mentira en tales afirmaciones.

Por algún motivo, las figuras que están “proporcionadas” según el número áureo nos resultan más agradables. A menudo se le atribuye un carácter estético especial a los objetos que contienen este número, y es posible encontrar esta relación en diversas obras de la arquitectura y las artes plásticas.

¿Pero qué es el número áureo? El número Áureo, representado con la letra griega Fi, (Φ,φ), es un numero irracional. Los que saben algebra ya lo conocen como decimal infinito no periódico; para los que somos de letras, sabed que se trata de un número que fue descubierto en la antigüedad y estudiado por Euclides hacia el siglo III a NE y que hacía referencia a una relación armónica de proporción entre dos segmentos de una recta. 
También se conoce como numero dorado, proporción aurea o divina proporción.

Curiosamente, esa proporción también la encontraron en las formas naturales del entorno, como la relación entre las nervaduras de las hojas de los árboles, el grosor de un tronco, la relación entre la cantidad de abejas macho y abejas hembras que hay en una colmena, la disposición de los pétalos de las flores, las espirales de la concha de un caracol, en las sonatas de Mozart o en la Quinta sinfonía de Beethoven.

Aún más extraordinario es encontrarlo en nosotros mismos. Te animo a hacer la comprobación, pues lo encontramos en la relación de distancia entre el ombligo y la planta de los pies de una persona, respecto a su altura total. Si divides estas dos cantidades, obtendrás un número aproximado a 1,618034. Cuanto más se aproxime a este resultado más armónicas resultaran tus proporciones.  Pues bien, también lo encontraras en la relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos; o la relación entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla.

En las obras de la historia del arte, la relación de phi con la estética, viene definida por el Rectángulo Áureo, cuya altura y anchura remiten a phi
De nuevo, Euclides nos presenta el cálculo: este se haría dividiendo el lado mayor entre el lado menor y el resultado sería: 1,6180339887...


Esto es lo primero que te sugerimos comprobar: que la mayoría de los rectángulos que nos encontramos en nuestra vida cotidiana son áureos. Para ello mide tu D.N.I., un libro, el carnet del instituto, la tarjeta de crédito o cualquier otro rectángulo que lleves contigo y divide la medida más larga entre la más corta y comprueba si da un número aproximado a fi. Además, a partir de un rectángulo áureo, se puede obtener una sucesión infinita.

En el periodo renacentista existen numerosos autores que retoman este canon. El monje Franciscano Luca Pacioli (1445-1514) la denominaba "divina proporción" y escribe todo un tratado (De Divina Proporcione), sobre sus propiedades y proporciones.

En el renacimiento, los grandes maestros como Durero, Rafael, Miguel Ángel, Palladio o Leonardo da Vinci, se interesaron por la proporción aurea y la incluyeron en sus obras, buscando una belleza armónica con el cosmos. Todo ello, bajo el halo del Humanismo, que permitía conciliar el saber antiguo con la fe católica. El propio Leonardo, en su tratado de pintura reclama que la pintura sea considerada una ciencia, y no es de estañar si tenemos en cuenta la formación de estos genios en matemáticas, geometría, astronomía, anatomía, física, etc. Leonardo es un gran apasionado de las matemáticas y como tal lo demuestra en sus obras de arte. En el esquema se puede ver como el rostro de la Gioconda se encuadra perfectamente en un rectángulo áureo.

Se puede apreciar que justo la división del rectángulo áureo superior coincide con la raya de nacimiento del pelo, pasa por la mitad de la nariz. Con sucesivas divisiones del rectángulo áureo se aprecia como los ojos quedan perfectamente encuadrados. Además, las medidas de este lienzo sobre tabla son 89x55 cm., curiosamente dos números de la secuencia de Fibonacci que, al dividirlos, resultan phi.


Leonardo de Pisa (1170-1250), más conocido como Fibonacci, nació en Pisa, Italia e hizo muchas contribuciones a las matemáticas. Es conocido por el público en general por la secuencia de números que lleva su nombre: {0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377, 610, 987, 1597, ...}.

Leonardo de Pisa (Fibonacci).

Esta secuencia se construye mediante la elección de los dos primeros números (las "semillas" de la secuencia) y el número siguiente se obtiene como la suma de los dos números anteriores. 
Esta simple regla genera una secuencia de números que tienen muchas propiedades sorprendentes, de las cuales citaremos algunas:

-Tome tres números adyacentes de la secuencia. Eleve al cuadrado el número del medio. Multiplique los otros entre sí. La diferencia entre estos dos resultados es siempre 1. Por ejemplo, si tomamos {3, 5, 8} vemos que 5²=25 y que 3·8=24. La diferencia resulta ser 1.

- Tome cuatro números adyacentes de la secuencia. Multiplique los dos de los extremos. Multiplique los que hay dentro. El primer producto será una unidad mayor o una unidad menor que el segundo. Por ejemplo, si tomamos{21, 34, 55, 89} vemos que 21·89=1869, mientras que 34·55=1870.

La suma de los diez números adyacentes es igual a 11 veces el séptimo de los diez.  Por ejemplo, si tomamos {1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89} vemos que la suma resulta 231 que es 11 el séptimo número de nuestra sucesión (el número 21).  

Esto es sólo un ejemplo de muchas secuencias con las relaciones recursivas simples. La secuencia Fibonacci obedece a la relación recursiva P(n)=P(n-1)+P(n-2). En tal secuencia, los primeros dos valores deben ser arbitrariamente elegidos. Se les llama las "semillas" de la secuencia. Cuando se eligen al 0 y al 1 como semillas, o 1 y 1, o 1 y 2, la secuencia se denomina la secuencia Fibonacci. La secuencia formada a partir de la relación entre los números adyacentes de la secuencia de Fibonacci converge a un valor constante de 1,6180339887..., llamado "phi", cuyo símbolo es  Φ.

Una característica notable de esta secuencia es que la inversa de Φ  es 0,6180339887... que es igual a Φ-1. Dicho de otra manera, Φ = 1 + 1/Φ. Esto es cierto, sean cuales sean los dos números enteros que se usen como semillas para inicializar la secuencia, es decir, este resultado sólo depende de la relación recursiva que utiliza y no de la elección de las semillas. Por lo tanto hay muchas secuencias diferentes que convergen a Φ . Se les llama "secuencias generalizadas de Fibonacci".

A la relación Φ=1,6180339887... se llama "proporción áurea". Los rectángulos cuyos lados guardan esta relación se denominan "rectángulos de oro", y ya eran conocidos por los antiguos griegos. Estos rectángulos son la base para generar una curva conocida como la "espiral dorada", una espiral logarítmica que se ajusta bastante bien a otras espirales que se encuentran en la naturaleza. Este hecho es la fuente de gran parte del interés popular y mística en este asunto matemático.


Es fácil inventar otras relaciones de recursividad interesantes. Algunas han sido lo suficientemente interesantes como para que lleven el nombre de sus autores. La sucesión de Lucas es bien conocida: {1, 3, 4, 7, 11, 18, 29, 47, 76, 123, 199, ...}. Tiene por semillas a 1 y 3, y la misma relación de recursión de la serie de Fibonacci (algunos libros inician esta serie con las semillas 2 y 1, y el resto de la serie sigue de la misma manera). La relación entre números adyacentes de la sucesión resulta ser Φ para grandes valores.

¿Y qué hay de una relación recursiva diferente? Por ejemplo: P(n)=P(n-2)+P(n-3). Con las tres semillas 0, 1, 1 se obtiene la sucesión {0, 1, 1, 1, 2, 2, 3, 4, 5, 7, 9...}. Las semillas, junto con la relación de recursión, definen unívocamente a la secuencia. La relación entre dos términos sucesivos P(n+1)/P(n) converge a 1,3247295... Cuyo recíproco es 0,7545776665... (Tenga en cuenta que su recíproco no es una unidad menor que él mismo, al contrario de lo que podría haber esperado).

Por lo general, para todas estas sucesiones, los primeros valores de las relaciones entre dos números sucesivos no parecen tener un patrón consistente, pero para números grandes convergen a valores que son casi constantes, y después de n=30, la proporción alcanza un valor estable con alrededor de 10 decimales.

Los sinsentidos sobre Fibonacci

Se puede encontrar con afirmaciones fantásticas como estas:
Los "rectángulos de oro" son los "más bello" rectángulos, y los utilizaron deliberadamente los artistas en sus pinturas. (Se podría pensar que siempre utilizaban marcos rectángulares áureos, pero no lo hacían).
Los modelos basados en los números de Fibonacci, el número áureo y el rectángulo de oro son los más agradables a la percepción humana.
Mozart utilizó Φ en la composición de su música. (A él le gustaban los juegos de números, pero no hay buena evidencia de que alguna vez utilizara deliberadamente a Φ en una composición).
La secuencia de Fibonacci se ve en la naturaleza, en la disposición de las hojas sobre el tallo de las plantas, en el patrón de las semillas de girasol, en las espirales de los caracoles, en el número de pétalos de las flores, en los períodos de los planetas del sistema solar, e incluso en los ciclos del mercado de valores. ¡Tan omnipresente es la secuencia en la naturaleza (de acuerdo con esta gente) que uno empieza a sospechar que la serie tiene la notable capacidad de "ajustarse" a casi cualquier cosa!
Los procesos de la naturaleza son "gobernados" por el número áureo. Inclusive, algunas fuentes dicen que los procesos naturales se "explican" por esta relación.

Por supuesto, gran parte de esto es completamente absurdo. Las matemáticas no "explican" lo que sea en la naturaleza, sino que usa modelos matemáticos muy potentes para describir los patrones y las leyes de la naturaleza. Creo que es seguro decir que la secuencia de Fibonacci, la proporción dorada, y el rectángulo de oro, jamás han conducido de manera directa al descubrimiento de una ley fundamental de la naturaleza. Cuando vemos un patrón numérico o geométrico ordenado en la naturaleza, nos damos cuenta que hay que cavar más profundo para encontrar la razón subyacente de por qué estos patrones emergen.
La publicidad de la espiral de oro
La "espiral de oro" es una curva fascinante. Pero es sólo un miembro más de una familia más grande decurvas espirales, conocidas colectivamente comoespirales logarítmicas, y todavía hay muchas otras espirales que se encuentran en la naturaleza, como laespiral de Arquímedes.
No es difícil encontrar que una de estas curvas se ajusta a un patrón particular en la naturaleza, incluso si ese patrón está sólo en el ojo del espectador. Sin embargo, el pequeño y sucio secreto de todo esto es que cuando una forma parece encajar, rara vez ese ajuste es exacto. Los ejemplos de la naturaleza que se encuentran en los libros suelen tener variaciones considerables del "ideal áureo". A veces, las curvas que dicen coincidir con la espiral dorada, se ajustan mejor, en realidad, por alguna otra espiral. El hecho de que una curva "encaja" con datos físicos no da ninguna pista acerca de los procesos físicos subyacentes que producen dichas curvas en la naturaleza. Tenemos que indagar más para encontrar esos procesos.
Obsesiones doradas

Ombligos. Hemos leído que se puede revelar Φ midiendo la altura de una persona y la altura desde el suelo hasta su ombligo. La relación de la altura al ombligo y la altura total se supone que es Φ. La implicación es que éste es un indicador del atractivo de las proporciones corporales. ¿Alguien ha revisado a las personas reales? En mi interés por la ciencia he comprobado esta afirmación en una amplia muestra de las modelos más populares en trajes de baño. Esto debería verificar la afirmación de que los cuerpos considerados como "hermosos" deben tener las características ideales de forma, incluida la altura de ombligo ideal (es un trabajo duro, pero alguien tenía que hacerlo). Los resultados arrojaron un promedio de 0,58±0,01 con una variación bastante pequeña. Esto en cuanto a este mito.


No es muy difícil encontrar ejemplos para casi cualquier patrón o relación matemática que se desee. Por eso, algunas personas cometen el error de suponer que esto revela un principio  místico que rige la naturaleza. Esto se ve reforzado al hacer caso omiso de los casos de igual importancia que no se ajustan al patrón. Si el ajuste no es muy bueno, se aproximan o manipulan las cifras. Si algunas cosas siguen sin poder adaptarse, simplemente ponen la excusa que son "casos especiales"


domingo, 10 de enero de 2016

Geometría con AUTOCAD




En el estudio de las figuras geométricas, un cálculo importante es el del área. Para calcular el área de un triángulo se utiliza la conocida fórmula de: A = b x h / 2

Pero ésta fórmula se aplica directamente a triángulos rectángulo (tiene un ángulo de 90°). Entonces ¿qué pasa cuando tenemos un triángulo isósceles, escalenos o equiláteros? 
Cuando ésto ocurre, debe obtenerse la altura de dicha figura por otros métodos algebraicos o aritméticos trazando la figura con geometría. Pero muchas veces ésta no es del todo precisa. Existen errores en la medición, o el trazado. 

Una herramienta muy útil para resolver éste tipo de problemas es AUTOCAD. 
Utilizando AUTOCAD me fue posible dibujar con gran exactitud las líneas, y tal como si se utilizara un compás y una escuadra, los lados del triángulo y además, obtener por medio de una acotación la altura exacta de la figura.

A continuación dejo el link del  archivo acad generado:
https://www.dropbox.com/s/2m3jvyl4az81l8m/Ana.dwg?dl=0